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sábado, 17 de febrero de 2018

Una carta especial para ti...


Con aprecio e interés, me dirijo a ti, que visitas este lugar sagrado, la capilla de adoración eucarística en la emita de San Blas.

¿Por qué? Desde el miércoles de ceniza, tú y yo hemos comenzado un tiempo único de gran valor.

Seguro que ahora comprobarás tu capacidad de superar obstáculos en tu crecimiento humano y creyente. El modo ideal de sentirte mejor.

Te ofrezco justo lo que necesitas, siéntete libre y descubre este regalo: la Cuaresma. Cuarenta días apasionantes que te aportarán beneficios a la vez que soluciones, un reto para tu vida.

¡Alto! La vida pasa rápido y es gratis, no dejes escapar esta ocasión. Imagina mejorar tus relaciones contigo mismo, con los demás y con Dios. Garantía de satisfacción al 100%.

La vida de Jesús de Nazaret ha cambiado la vida de millones de personas. También hoy en el tercer milenio, muchos hombres y mujeres experimentan algo nuevo y valioso en sus existencias. Está comprobado, su secreto es el deseo de transformar el corazón por uno que late con intensidad ante las necesidades de la humanidad, por uno que vive con ardor y se arriesga a vivir las páginas del Evangelio. Consigue ahora un corazón nuevo.

Es urgente, pero muy fácil y sencillo.  Descubre y disfruta aquí esta Cuaresma de 2018 como la oportunidad de tu vida.
Estás a tiempo de aprovechar esta oferta. Para ello, te ofrezco mi disponibilidad para acogerte, escucharte o regalarte el perdón del Señor que desea hacer fiesta contigo. Con este fin, desde mi compromiso contigo, te comunico los horarios en que puedes localizarme:

Lunes a viernes de 7,30 a 9 de la mañana.
Martes y viernes  10 a 12 de la mañana
Miércoles y jueves 7 a 9 de la tarde.

Si tienes alguna dificultad con esas horas, puedes localizarme en el móvil 695900671 y buscaremos juntos el momento mejor e ideal para ti. Estaré encantado de atenderte.

Agradezco tu oración por mí, y a la vez te aseguro la mía por ti y tus intenciones personales. Con el deseo de una feliz Cuaresma 2018, un buen camino hacia la Pascua, recibe un abrazo fraterno junto a mis bendiciones, unidos en Jesús Eucaristía
Julio Roldán
Rector



domingo, 31 de diciembre de 2017

Felicitación para el nuevo año




A cuantos como tú,formamos parte de esta familia de la Capilla de Adoración eucarística en la ermita de San Blas,con cariño,gozo,paz y agradecimiento quiero desearte sinceramente:

"El Señor te bendiga y te proteja, 
ilumine su rostro sobre ti 
y te conceda su favor. 
El Señor se fije en ti 
y te conceda la paz".

Especialmente, con gran alegría, doy infinitas gracias a Dios porque el Señor ha querido en 2017 enviarme a este sagrado lugar para adorarle y servirte a ti,como parte de esta familia que Él pone ante mí.Gracias de corazón por todo lo que haces por el Señor y los hermanos.

Al recibir el nuevo año 2018,presento a Jesús Eucaristía toda la vida de la Capilla junto a tus intenciones personales y familiares.Cuenta conmigo como Pastor y Hermano.
Un abrazo grande y fuerte con mis bendiciones para ti y los tuyos

Julio Roldán
Sacerdote

viernes, 29 de diciembre de 2017

Oración para esta Navidad


Jesús, te adoro en la eucaristía. 
Anunciado desde siglos, 
enviado al mundo por el derroche de amor infinito de tu Padre, 
gracias al “sí” de una joven nazarena, eres puente entre Dios y la humanidad. 

Nacido en Belén, y años más tarde en Jerusalén, en la cruz, entregas tu vida, 
naces y mueres por mí. Belén y Jerusalén,  dos etapas distintas de tu vida, 
principio y fin.

La ternura recibida  al contemplarte  como Jesús Niño en Belén, 
es similar a  cuando  te observo, ya adulto, en la cruz. 
Aunque pequeño, eres capaz de llamarme la atención por esos ojos, 
brillantes en la noche oscura. 

Tampoco rehúyo contemplarte no ya junto a los maderos de tu cuna, 
sino con tu castigado y dolorido cuerpo , 
manos y pies clavados a un par de travesaños . 
Así, a través de tu nacimiento, tu muerte y tu resurrección, 
por medio de tus ojos, introduces una explosión de luz.  
Una mirada de claridad.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                 
Tus pequeñas manos, tus delicados dedos que acaricio suavemente, 
serán los mismos que partan el Pan en la última cena, la víspera de tu muerte, 
primera eucaristía de la humanidad. Manos para la fraternidad.

Tu pequeña boca, ahora sonriente, será la misma de la que brotan ya en tu vida pública palabras de consuelo, perdón y sanación. 
Balbuceos y sollozos en la cuna de Belén, anticipo de los gozos y dificultades, 
anuncio de las  bienaventuranzas e invitación a hacerme como los niños, 
herederos del Reino de los cielos. Una boca, unos labios, pregoneros para anunciar la Buena Noticia.

Tus diminutos pies, agitándose con inquietud en el aire, 
preludio de tu vida adulta para recorrer con vigor y entusiasmo 
ciudades, pueblos y aldeas.

Jesús, eres especial .Vienes a complicarme la vida, deseas algo de mí. 
Basta dedicarte un poco de atención, algo de tiempo y todo cambia contigo.
Cada día, cuando en la eucaristía, acojo entre mis manos el Cuerpo de Cristo,  
tu mismo Cuerpo, te acojo a ti mismo, Niño nacido en Belén.

La sencillez del pesebre me invita a vivir de ese mismo modo, sin complicaciones, con austeridad para que así tú, Señor, seas mi riqueza, 
con gozo me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi heredad, como dice el salmo.

En medio del frío de la noche, yo quiero llevar calor. 
Mi corazón, enamorado por este Niño, desea estar encendido en el fuego de su Amor.

A ti que entras en esta capilla - felicitación navideña

En este tiempo santo de Navidad,  
me uno emocionado en intensa oración contigo y los tuyos.
El Niño que nace en Belén, adorado por los pastores, 
es el mismo a quien adoras en la Eucaristía. 
Aquel, que en la víspera de su muerte 
se entrega por ti y por mí, haciéndose alimento como Pan de Vida.

Cada vez que lo recibes en cada comunión, como si fuera la primera vez, 
cada vez que lo adoras, cada vez que lo reconoces 
con un corazón abierto en tus hermanos, 
en cada hombre o mujer, sea quien sea, entonces ¡es Navidad!

Ante el Niño de Belén, ante Jesús Eucaristía y la vida nueva que nos acerca, 
ante Él, la ternura y misericordia entrañable, te pido perdón por mis fallos. 
Sobre todo, deseo para ti y para mí un corazón gozoso, sencillo y auténtico, enamorado de Él y su mensaje, fuego de amor, Buena Noticia para nuestros días.

En esta fecha entrañable de la Navidad, te regalo con entusiasmo 
mi alegría y mi disponibilidad sincera para que juntos, desde la fraternidad, recorramos día a día los caminos del amor y el servicio a Dios y a los hermanos.

Gracias por todo lo humano y divino que hay en ti, 
pues el Niño de Belén nos acerca el cielo a la tierra.
Te siento muy cerca y me uno a ti, 
con tus alegrías y preocupaciones, tus intenciones personales y familiares. 
Todo ello lo presento a Jesús Niño  en mi oración y en la Eucaristía diaria.

Mi más sincera felicitación navideña 
junto con mi agradecimiento sincero 
por todo lo que haces con tan buen corazón, 
¡¡un abrazo grande y  bendiciones!!

jueves, 9 de noviembre de 2017

Homilía en el 15 Aniversario - 11 octubre 2017



Esta vela que tomo ahora en mis manos, es la que ustedes encenderán en unos minutos para acompañar al Señor en la procesión que haremos al final. Me llama la atención algo importante. Sentí en la oración que hoy las lecturas debían de estar centradas en el amor a Dios, y providencialmente leo eso mismo en la frase que acompaña cada vela: “Dios es Amor”. Con lo cual, fíjense cómo compartimos la misma sensibilidad y Él nos ilumina a todos.

Me siento agradecido y emocionado. Agradecido porque lo que hoy celebramos es una historia de luz, una historia que, movida por las personas que lo iniciaron, se ha transmitido hasta nuestros días con la claridad que cada uno ha ido aportando.  Un camino de luz que hace que hoy la Capilla de Adoración eucarística en San Blas, sea lo que es hoy. No olvidemos que hoy es el primer templo de la ciudad que permanece abierto catorce horas entre semana. También hay que hacer constar los más de 150 adoradores que dedican su tiempo al Señor, para acompañarle con su presencia, al menos durante una hora a la semana. Hoy es un referente, no solamente para el barrio, sino también para el resto de la Ciudad, e incluso de la Isla.

Aparte de todo esto, quiero compartir contigo el valor personal que tiene para mí. Desde hace años, siempre que he venido a esta zona de Vegueta, bien porque debía ir al Obispado, a la librería diocesana o a las religiosas Nazarenas, antes o después de la gestión que debía realizar, me acercaba a orar en esta Capilla.

Y es que, como a cualquier otro sacerdote, lo que mueve hoy mi corazón es un profundo amor a Cristo y a su Iglesia. Vivo infinitamente agradecido por un importante regalo recibido. Me refiero a ser sacerdote, ya son 27 años. Hace dos, celebré mis bodas de plata y puedo decir que cada día me siento más feliz de esta entrega al Señor, desde el servicio a los hermanos.

El Señor me ha conducido hasta aquí en este nuevo destino como Rector de la Capilla de Adoración eucarística en San Blas y realmente veo la mano de Dios en esta misión. En la parroquia de la Santa Cruz, de la que vengo y en la que he estado durante ocho años, tuvimos una serie de experiencias que merece la pena recordar. En el año de la fe, en su apertura y clausura, en el 25 aniversario de mi ordenación sacerdotal, en el año de la misericordia tuvimos vigilia de adoración eucarística a la que fueron no solamente personas de la parroquia, sino de toda la Ciudad e incluso la Isla. Un ejemplo que me sorprendió es que vinieron del sur de Gran Canaria en las horas de la noche en que es más difícil acompañar al Señor, a las dos, las tres, las cuatro…Vigilias que todos recordaremos porque llevamos grabadas en el propio corazón. Pues bien, ahora visto desde la fe, es ese uno de los modos en los que veo un anticipo y preparación a lo que iba a ser mi misión futura, que hoy es este nombramiento.

La mano de Dios me acompaña hasta aquí ya desde hace tiempo. Una de mis opciones personales como sacerdote es dedicar tiempo para acoger y escuchar a las personas, para ofrecer el sacramento de la reconciliación, es decir el acompañamiento espiritual de los creyentes. Tarea a la que vengo ahora también en este servicio.

En este agradecimiento por este camino de luz que nos conduce hasta la fecha actual, deseo tener un recuerdo por los adoradores que marcharon a la Casa del Padre, también por aquellas personas, quizá familiares o amigos, que nos ayudaron con sus vidas a ser luz.

Me van perdonar que no sea quizá del todo objetivo. Recuerdo a mi padre, él me decía: “Julio, que seas siempre luz”. Él fue adorador nocturno, iba a acompañar al Señor en el sagrario y me hablaba de lo importante que es dedicar tiempo para estar junto a Él. Hombre profundamente eucarístico. Cuando regresaba a su banco, tras comulgar, se arrodillaba, enseguida sacaba un pañuelo y secaba sus lágrimas, era la emoción de recibir al Señor. Ha pasado el tiempo y algo parecido me sucede, en más de una ocasión me suelo emocionar mientras celebro la eucaristía, en distintos momentos de la celebración. Algo que no puedo ocultar. Es la grandeza de sentir al Señor, a Jesús Pan de Vida. Quienes más me conocen, perciben esa emoción.

Alguno de ustedes habrá pensado que para esta tarea en la que a las siete de la mañana uno comienza el día celebrando la misa, el Obispo habrá pensado en un sacerdote madrugador y acostumbrado a este ritmo de vida. Pues no, fíjense que yo durante mucho tiempo he sido trasnochador, y me levantaba tarde. Hace ya un tiempo, sin saber nada de que venía aquí, consciente de que rendía más al madrugar, fui cambiando mis horarios para irme adaptando a esta nueva realidad. Reconozco que el Señor utiliza mi barro, mi fragilidad y miseria, para que Él, el Alfarero, haga de mí su mejor obra de arte. Todo es gracia.

Desde que recibí este nombramiento, y así se lo dije al párroco de Santo Domingo, D. José Domínguez, de quien depende esta Capilla, ustedes han estado presentes en mi oración. Él, su Parroquia y esta Capilla han estado presentes de modo especial este verano en la gruta de la Virgen en Lourdes, y ante el Santísimo. No nos conocíamos muchos de nosotros, pero fíjense ahora que nos vemos puedo poner rostro concreto a esas personas concretas presentadas en mi súplica al Señor y la Madre.

Y desde esta actitud de agradecimiento, miro ahora hacia el futuro y lo hago con emoción. Esto es obra de Dios, y deseo tomarme de su mano. Él ha estado conmigo en muchos momentos de mi vida y nunca me ha fallado, soy yo quien le he fallado. Por eso, brota de mí la confianza, me siento seguro porque esto es obra suya y no nos fallará a nadie.

En esta hermosa historia de luz que celebramos estamos llamados todos, tú y yo, a compartir nuestras luces, a remar juntos en la misma dirección sabiendo que el Señor es quien dirige su obra.
Vengo con ilusión y entusiasmo. Vengo con el deseo de seguir entregando mi sacerdocio al servicio de todos ustedes, vengo para estar a tu servicio.

Deseo prestar mis manos al Señor para bendecir en su nombre, y sobre todo para partir y repartir el Pan de Vida, alimento para todos nosotros. Deseo prestar mis oídos para escucharlos a todos, para escuchar tus alegrías y dificultades, aquello que te preocupa o hace sufrir. Deseo prestar mi boca para tener una palabra de ánimo, aliento o consuelo a quien lo necesite. Deseo prestar mis manos y brazos para acompañar, acoger…En definitiva, deseo prestar mi corazón a Cristo para seguir amando, a ustedes, a ti, a quienes recibo como parte de mi familia…

Y cómo no, presentaré todo esto, las intenciones de cada uno de ustedes, con sus  preocupaciones, alegrías…en la mesa del altar. Recordemos que la misa no solamente se ofrece por los difuntos, sino que también está nuestra vida y la de nuestros hermanos.

Las lecturas que hemos escuchado antes, elegidas especialmente para este momento, recogen todo lo que les he comentado ya, el amor de Dios. Quien es adorador es alguien que se siente amado por el Señor en su vida, porque Él nos amó primero y por nuestra parte, nuestro compromiso, el tuyo y el mío, es la respuesta al amor gratuito de Dios. (1ª Juan 4, 7-10). Se trata de que tú y yo hagamos la experiencia de sentirnos conocidos del Señor, de tal modo que ya en el vientre de tu madre, nuestros nombres se escribían en el corazón de Dios (Salmo 138), reflexión que aplico a mi vida y me estremezco ante la grandeza de este amor divino. En definitiva, se trata de vivir una historia de amistad con Aquel que sabemos nos ama quien nos elige y llama para dar fruto abundante. ( Juan 15, 12-17)

Miro al futuro y deseo retomar esta historia de luz, iniciada hace quince años, tomo la luz recibida de otros para transmitirla con ilusión y alegría. La fuerza del Espíritu haga de este lugar, la Capilla de Adoración eucarística en la ermita de San Blas, un espacio de silencio y espiritualidad, un lugar para alentar, animar y acompañar a los adoradores  y finalmente, un lugar de comunión eclesial coordinado con otras realidades pastorales sin perder nunca el horizonte de la adoración al Señor.

Concluyo, poniendo todo esto en manos del Señor, no sin olvidar hoy en este 11 de octubre  la intercesión de San Juan XXIII, a quien recuerda la Iglesia en este día, promotor del Concilio Vaticano II, para que esta realidad pastoral viva en comunión con las orientaciones conciliares y sea una ventana abierta a la fuerza renovadora del Espíritu Santo. Me encomiendo a María, la Madre, para vivir en disponibilidad a la voluntad de Dios así como la cercanía y servicio a todos ustedes. En definitiva, me pongo en las manos del Señor para que Él disponga de mí, según sus deseos. Y lo hago con la oración del abandono de Carlos de Foucauld que dice:

“Padre, me pongo en tus manos. 
Haz de mí lo que quieras, sea lo que sea te doy las gracias. 
Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo 
con tal que tu voluntad se cumpla en mí y en todas tus criaturas. 
No deseo nada más, Padre. 
Te confío mi vida, te la doy, con todo el amor de que soy capaz, 
porque te amo y necesito darme. 
Ponerme en tus manos con infinita confianza, porque Tú eres mi Padre.”




jueves, 12 de octubre de 2017

Objetivos pastorales


En diálogo con el párroco de Santo Domingo, D. José Domínguez y el rector de la capilla de Adoración eucarística en San Blas, D. Julio Roldán, se concreta y acuerda lo siguiente:


1.- *Ser un espacio de espiritualidad y silencio en medio de la ciudad.

Medio:
- Capilla reservada al culto eucarístico, no tiene carácter parroquial, por lo tanto quedan excluidos bautismos, comuniones, bodas, funerales.
- Lugar para acogida y escucha, celebración del sacramento del perdón.

2.*Conocer, coordinar, acompañar, fomentar adoradores.

Medio:
- Asegurar los turnos de adoración
- Diálogo personal con los adoradores.
- Impulsar espiritualidad del adorador
- Organizar encuentros periódicos

3.- *Lugar de comunión eclesial

Medio:
- Contacto personal con los sacerdotes, especialmente arciprestazgo y también ciudad.

- Incorporación diferentes movimientos eclesiales: Cursillos de Cristiandad, Talleres de Oración y Vida, Encuentros de Nuestra Señora, Adoración Nocturna...

- Coordinación Secretariado Liturgia, equipos de liturgia parroquiales.

- Coordinación Seminario Diocesano, Pastoral vocacional, Pastoral juvenil, Pastoral familiar.

- Coordinación Congregaciones eucarísticas zona: Nazarenas, Adoratrices.

- Coordinación Enseñanza, Institutos Diocesanos, profesores religión...

miércoles, 11 de octubre de 2017

¡Te invito a nuestro aniversario!

      El miércoles 11 de octubre a las 8 de la tarde, en la parroquia de Santo Domingo se celebrará la fiesta aniversario de la apertura de la capilla de adoración eucarística de San Blas. Los cantos correrán a cargo del coro “Ntra. Sra. del Rosario”. Finalizada la celebración, habrá procesión con el Santísimo por la plaza de santo Domingo, para concluir con la reserva eucarística en la capilla de San Blas. La celebración será presidida por el sacerdote D. Julio Roldán, Rector de la Capilla de Adoración eucarística en San Blas.
    Son ya quince años desde que se inició este espacio de oración en San Blas, en la plaza de santo Domingo,  siendo actualmente el primer templo de la ciudad abierto catorce horas al día. Cuenta con presencia de adoradores de distintas parroquias de la isla y viene a ser como un pequeño oasis de silencio y adoración en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria .