Silencio, quietud,calma.
Todo a la espera de la Resurrección.
Silencio, sobran las palabras,
silencio para traer a la mente y al corazón
el mensaje del crucificado.
Silencio para tomar consciencia
de mi seguimiento cristiano.
Silencio para aprender a mirar desde dentro,
contemplar la trayectoria
y el sentido de la vida del Nazareno.
Silencio para orientar la existencia
hacia un vivir más pleno y renovador.
Silencio para detener la vida
en piloto automático,
abandonar lo que siempre he hecho así,
para decidir con responsabilidad, madurez,
creatividad y abrir horizontes de plenitud.
Esperar en los momentos más grises.
un amanecer brillante y nuevo,
esperar comprometido
un cielo nuevo y una tierra nueva.
Esperar una puerta abierta,
anhelar un rayo de luz atravesado
a través de cerrojos y bisagras
para vivir con un corazón abierto de par en par.
Acompañar a María en su dolor,
acompañar a quienes sufren soledad,
acoger y escuchar.
Acompañar en cada circunstancia,
estar al lado de quien me necesite,
en silencio, en esperanza, sin horas...
Esperar, acompañar... Silencio.
Grandes pensamientos nos regalas! Consiguen una profunda interiorizaciòn y reflexiòn de lo que supone el silencio y la espera y la incertidumbre!llegan en el momento más oportuno en el que sientes inquietud por el excesivo solencio de la tarde y es por tanto necesario entender y pararse en oraciòn.
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