Señor, hay miedo en torno a ti.
En el momento de tu pasión tienen
miedo los que están a tu alrededor.
Tiene miedo Judas que te ha traicionado.
Tiene miedo Pedro que te niega.
Tienen miedo casi todos, han huido cuando estás en la cruz.
Sin embargo, Tú no tienes miedo, estás en manos del Padre,
la víspera sí que lo tuviste en el Huerto de los Olivos:
"Padre, aparta de mí este cáliz, pero que no se cumpla mi voluntad, sino la tuya".
Ahora
todo está cumplido, y gritas "¡a tus manos Señor, encomiendo mi espíritu!
El miedo se vuelve
confianza y entrega.
Hoy también hay miedo, al futuro, a lo incierto...
Hay tantos miedos...
También dentro de mí puede estar el miedo a la
conversión,
el miedo a no querer darlo todo,
el miedo a no dar un paso
más,
el miedo a no vivir desde la confianza.
Hoy el miedo se convierte en confianza y permite
la entrega.
Señor, te entrego mis miedos, quiero crecer en confianza,
aquí me
tienes, haz de mí lo que quieras.
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Julio Roldán