Silencio ante la muerte del Hijo. La cruz vacía.El sepulcro sellado con una gran losa.El tiempo se detiene.
María en su dolor,soledad y silencio trae a la memoria pasajes de su vida con Jesús. El nacimiento en la noche en Belén,la huída a Egipto,la búsqueda desesperada del Niño a los doce años, la ausencia de vino en las bodas de Caná,el encuentro con su Hijo cargando la cruz, su fidelidad al pie del crucificado...
Situaciones sin respuesta clara,vividas desde la aceptación y acogida... Situaciones respondidas desde la voluntad de Cristo.
Aquella respuesta al ángel en su anunciación,aquel "Hágase", es lo que ahora condensa su silencio.
Sus palabras en Caná,"Hagan lo que Él les diga",remiten ahora a su Hijo,quien anunció que tras su pasión y muerte vendría su resurrección tres días después.
Cuando todos callan, resuena su Palabra desde la cruz: "Mujer,ahí tienes a tu hijo".Y junto a ello, la acogida de Juan,discípulo amado,quien al escuchar:"Ahí tienes a tu madre",la recibe como algo propio.
María,dirige tu mirada a este hijo tuyo quien desea acogerte en el corazón,te lo abro de par en par y te recibo como algo propio, como lo que eres,Madre.Con este gesto, quiero seguir a tu Hijo hasta el final, permanecer junto a las cruces del mundo,acompañar en el dolor y en la soledad.
Tu silencio,del que tanto aprendió Jesús,en el hogar de Nazaret,me enseñe a valorarlo.A no tener prisas,a detenerme para contemplar con sosiego los acontecimientos diarios.
Sea tu silencio y soledad, quienes empujen mi existencia a vivir con hondura y profundidad, a prepararme a la vivencia gozosa e intensa de la resurrección. Entonces,la cruz desnuda será memoria anticipada de la victoria sobre la muerte,la losa caerá porque el sepulcro está vacío.
Un nuevo tiempo ya en marcha.
Julio Roldán
Sacerdote
Sábado Santo 31 marzo 2018
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Julio Roldán