Señor, caminas a mi lado aunque no sea consciente de ello.
Sabes que en mí hay una semilla de inquietud.
Mi corazón está inquieto y lo seguirá hasta que descanse en ti.
Tú, caminante, tienes inquietud por mí y vienes a mi encuentro.
Respetas mi situación, no te adelantas, eres paciente, caminas a mi paso.
Me escuchas, me conoces y das respuesta a mis búsquedas.
Quieres conocer la intensidad de mi inquietud y haces como que te vas.
No marches, no te alejes, quédate conmigo, quédate con nosotros,
quédate en el corazón de la humanidad en este momento especial.
Y así te encuentras conmigo porque me buscas.
Estás en medio de mi oscuridad para iluminar todo el camino.
Estás siempre conmigo, con nosotros.
Encontrarme contigo da sentido a mi camino,
compartes paso a mi lado, eres mi compañero de peregrinación.
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Julio Roldán