jueves, 6 de abril de 2023
Misa Crismal - Papa Francisco - Jueves Santo 6 abril 2023
sábado, 25 de marzo de 2023
Homilía en el 33 Aniversario sacerdotal - sábado 25 marzo 2023
Homilía 33 Aniversario sacerdotal
Parroquia Santo Domingo -Sábado 25 marzo 23 - 8 tarde
“MENOS ES MÁS”
*- Referencia a Cristo y su edad
33 años edad de Cristo.
Jesús de Nazaret : 3 años de vida pública
30 de vida oculta, sin embargo tan solo 3 de vida pública: sus gestos y palabras, su Evangelio.
33 años edad de Cristo: quien desde el humor me dirá que “en este año me crucifican”.
Creo que tengo bien integrado que la cruz forma parte del seguimiento del Señor.
33 años muere y resucita.
Momento de madurez y renovación sacerdotal.
*MENOS ES MÁS
- Espiritualidad ignaciana y discernimiento
Desde hace 4 años he profundizado en
la espiritualidad ignaciana ( San Ignacio de Loyola).
En ella es importante el DISCERNIMIENTO
Experiencia personal de pasar de parroquia de la Santa Cruz a pedir un cambio de destino : San Blas
Otro tipo de servicio no exclusivamente parroquial.
De eso hace 6 años.
*- Qué es el discernimiento
Discernimiento no es: decir sí a todo, seguir haciendo lo de siempre porque siempre se ha hecho así. No es decidir por mi cuenta lo que voy a hacer, importancia de un acompañamiento espiritual.
Discernimiento es decidir lo mejor para mí y más conveniente.
*MENOS ES MÁS
- Aplicarlo a nivel personal e institucional.
No se trata de hacer más, sino menos y de más calidad.
*A nivel personal
¿Quieres rezar más? ¿Eso te llevará a más cercanía, más fraternidad, más compromiso?
Cuidado con el mercadeo, cuidado con rezar porque recibes gracias y premios…Atención al peligro de vivir la fe como Cartilla de puntos…( tipo cupón del periódico que coleccionas y al final te dan un premio...)
Discierne con un acompañante, quizá sí debas rezar más, o quizá no debas hacer eso…
Cuidado con esas prácticas que solo causan agobio en la persona cuando no se realizan...El agobio, la tristeza...no viene de Dios, ni Él lo quiere para ti
MENOS ES MÁS
*A nivel institucional
¿Más celebraciones? Pues va a ser que no.
Reducción de misas en Vegueta, en cada parroquia…
Menos es más, menos celebraciones más calidad, ayudar a elegir…
Cuidado con multiplicar celebraciones, para mi movimiento, mi grupo… Dinamizar las que ya hay en vez de desvitalizar las que hay.
*Sentido eclesial
¿Más sentido eclesial? Pues va a ser que sí!
Pasar del individualismo a un sentido más comunitario, más eclesial, más sinodal…
Esfuerzo por coordinar con las diversas realidades parroquiales: movimientos, cofradías, liturgia, catequesis, Cáritas…
Coordinación con la Diócesis…
MENOS ES MÁS - Renunciar a actos de mi grupo en beneficio del sentido comunitario.
*CUANDO NO HAY DISCERNIMIENTO…
No está el Espíritu del Señor…
Ezequiel, Primera lectura“ Infundiré mi espíritu y vivirás”.
El Señor quiere actuar contigo con misericordia:
Salmo - Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa…
El Señor te dice como a Lázaro: “Sal afuera “
Conviértete en discípulo misionero lleno de mi vida, deja tantos actos realizados en tu templo, en tu grupo o movimiento para salir fuera para buscar una presencia pública en la sociedad de hoy…
Deja a un lado lo que muchas veces es una repetición constante de actos para poner más vida en lo que haces.
Llénate de la vida del Señor…
*MENOS ES MÁS
Entrega sacerdotal desde el acompañamiento
Hoy mi entrega sacerdotal se concreta desde la valoración de las personas concretas, el acompañamiento espiritual…
Anécdota personal: tras un Cursillo de Cristiandad un lunes daba gracias al Señor y le pedía estar en el camino de quienes buscan a Dios, que donde haya una persona que busque al Señor, Él me coloque ahí. Alguien interrumpe mi oración dándome en el brazo por detrás: ¿me puede confesar? Respuesta a lo que pedía, alguien que hacía muchos años no confesaba…Emocionante para los dos.
* Intercesión de María
25 de marzo - Anunciación del Señor, pedimos a María que cuidemos la vida en todos los momentos de la existencia humana: nacimiento, ancianidad, trabajadores, paro, inmigración…
María nos ayude no a rezar más, sino a hacer menos para hacer más. Nos ayude con el Espíritu Santo a realizar su mensaje evangélico: Hagan lo que Él les diga. Hágase en mí según tu Palabra.
* Conclusión y disponibilidad sacerdotal
Por mi parte, desde el deseo de que mi vida se acerque cada día más a Cristo y sea un sí a Él y a cada ser humano, pido que Él nos conceda por su Espíritu a tener discernimiento y me ayude a comunicar la vida de Cristo, a ser para cada uno de ustedes, Pastor y Hermano.
Porque en definitiva:
¡MENOS ES MÁS!
Desde el discernimiento
y la presencia del Espíritu que nos lleva de vida
¡MENOS ES MÁS!
domingo, 19 de febrero de 2023
Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2023
MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
PARA LA CUARESMA 2023
Ascesis cuaresmal, un camino sinodal
Queridos hermanos y hermanas:
Los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas concuerdan al relatar el episodio de la Transfiguración de Jesús. En este acontecimiento vemos la respuesta que el Señor dio a sus discípulos cuando estos manifestaron incomprensión hacia Él. De hecho, poco tiempo antes se había producido un auténtico enfrentamiento entre el Maestro y Simón Pedro, quien, tras profesar su fe en Jesús como el Cristo, el Hijo de Dios, rechazó su anuncio de la pasión y de la cruz. Jesús lo reprendió enérgicamente: «¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás! Tú eres para mí un obstáculo, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres» (Mt 16,23). Y «seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte elevado» (Mt 17,1).
El evangelio de la Transfiguración se proclama cada año en el segundo domingo de Cuaresma. En efecto, en este tiempo litúrgico el Señor nos toma consigo y nos lleva a un lugar apartado. Aun cuando nuestros compromisos diarios nos obliguen a permanecer allí donde nos encontramos habitualmente, viviendo una cotidianidad a menudo repetitiva y a veces aburrida, en Cuaresma se nos invita a “subir a un monte elevado” junto con Jesús, para vivir con el Pueblo santo de Dios una experiencia particular de ascesis.
La ascesis cuaresmal es un compromiso, animado siempre por la gracia, para superar nuestras faltas de fe y nuestras resistencias a seguir a Jesús en el camino de la cruz. Era precisamente lo que necesitaban Pedro y los demás discípulos. Para profundizar nuestro conocimiento del Maestro, para comprender y acoger plenamente el misterio de la salvación divina, realizada en el don total de sí por amor, debemos dejarnos conducir por Él a un lugar desierto y elevado, distanciándonos de las mediocridades y de las vanidades. Es necesario ponerse en camino, un camino cuesta arriba, que requiere esfuerzo, sacrificio y concentración, como una excursión por la montaña. Estos requisitos también son importantes para el camino sinodal que, como Iglesia, nos hemos comprometido a realizar. Nos hará bien reflexionar sobre esta relación que existe entre la ascesis cuaresmal y la experiencia sinodal.
En el “retiro” en el monte Tabor, Jesús llevó consigo a tres discípulos, elegidos para ser testigos de un acontecimiento único. Quiso que esa experiencia de gracia no fuera solitaria, sino compartida, como lo es, al fin y al cabo, toda nuestra vida de fe. A Jesús hemos de seguirlo juntos. Y juntos, como Iglesia peregrina en el tiempo, vivimos el año litúrgico y, en él, la Cuaresma, caminando con los que el Señor ha puesto a nuestro lado como compañeros de viaje. Análogamente al ascenso de Jesús y sus discípulos al monte Tabor, podemos afirmar que nuestro camino cuaresmal es “sinodal”, porque lo hacemos juntos por la misma senda, discípulos del único Maestro. Sabemos, de hecho, que Él mismo es el Camino y, por eso, tanto en el itinerario litúrgico como en el del Sínodo, la Iglesia no hace sino entrar cada vez más plena y profundamente en el misterio de Cristo Salvador.
Y llegamos al momento culminante. Dice el Evangelio que Jesús «se transfiguró en presencia de ellos: su rostro resplandecía como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz» (Mt 17,2). Aquí está la “cumbre”, la meta del camino. Al final de la subida, mientras estaban en lo alto del monte con Jesús, a los tres discípulos se les concedió la gracia de verle en su gloria, resplandeciente de luz sobrenatural. Una luz que no procedía del exterior, sino que se irradiaba de Él mismo. La belleza divina de esta visión fue incomparablemente mayor que cualquier esfuerzo que los discípulos hubieran podido hacer para subir al Tabor. Como en cualquier excursión exigente de montaña, a medida que se asciende es necesario mantener la mirada fija en el sendero; pero el maravilloso panorama que se revela al final, sorprende y hace que valga la pena. También el proceso sinodal parece a menudo un camino arduo, lo que a veces nos puede desalentar. Pero lo que nos espera al final es sin duda algo maravilloso y sorprendente, que nos ayudará a comprender mejor la voluntad de Dios y nuestra misión al servicio de su Reino.
La experiencia de los discípulos en el monte Tabor se enriqueció aún más cuando, junto a Jesús transfigurado, aparecieron Moisés y Elías, que personifican respectivamente la Ley y los Profetas (cf. Mt 17,3). La novedad de Cristo es el cumplimiento de la antigua Alianza y de las promesas; es inseparable de la historia de Dios con su pueblo y revela su sentido profundo. De manera similar, el camino sinodal está arraigado en la tradición de la Iglesia y, al mismo tiempo, abierto a la novedad. La tradición es fuente de inspiración para buscar nuevos caminos, evitando las tentaciones opuestas del inmovilismo y de la experimentación improvisada.
El camino ascético cuaresmal, al igual que el sinodal, tiene como meta una transfiguración personal y eclesial. Una transformación que, en ambos casos, halla su modelo en la de Jesús y se realiza mediante la gracia de su misterio pascual. Para que esta transfiguración pueda realizarse en nosotros este año, quisiera proponer dos “caminos” a seguir para ascender junto a Jesús y llegar con Él a la meta.
El primero se refiere al imperativo que Dios Padre dirigió a los discípulos en el Tabor, mientras contemplaban a Jesús transfigurado. La voz que se oyó desde la nube dijo: «Escúchenlo» (Mt 17,5). Por tanto, la primera indicación es muy clara: escuchar a Jesús. La Cuaresma es un tiempo de gracia en la medida en que escuchamos a Aquel que nos habla. ¿Y cómo nos habla? Ante todo, en la Palabra de Dios, que la Iglesia nos ofrece en la liturgia. No dejemos que caiga en saco roto. Si no podemos participar siempre en la Misa, meditemos las lecturas bíblicas de cada día, incluso con la ayuda de internet. Además de hablarnos en las Escrituras, el Señor lo hace a través de nuestros hermanos y hermanas, especialmente en los rostros y en las historias de quienes necesitan ayuda. Pero quisiera añadir también otro aspecto, muy importante en el proceso sinodal: el escuchar a Cristo pasa también por la escucha a nuestros hermanos y hermanas en la Iglesia; esa escucha recíproca que en algunas fases es el objetivo principal, y que, de todos modos, siempre es indispensable en el método y en el estilo de una Iglesia sinodal.
Al escuchar la voz del Padre, «los discípulos cayeron con el rostro en tierra, llenos de temor. Jesús se acercó a ellos y, tocándolos, les dijo: “Levántense, no tengan miedo”. Cuando alzaron los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús solo» (Mt 17,6-8). He aquí la segunda indicación para esta Cuaresma: no refugiarse en una religiosidad hecha de acontecimientos extraordinarios, de experiencias sugestivas, por miedo a afrontar la realidad con sus fatigas cotidianas, sus dificultades y sus contradicciones. La luz que Jesús muestra a los discípulos es un adelanto de la gloria pascual y hacia ella debemos ir, siguiéndolo “a Él solo”. La Cuaresma está orientada a la Pascua. El “retiro” no es un fin en sí mismo, sino que nos prepara para vivir la pasión y la cruz con fe, esperanza y amor, para llegar a la resurrección. De igual modo, el camino sinodal no debe hacernos creer en la ilusión de que hemos llegado cuando Dios nos concede la gracia de algunas experiencias fuertes de comunión. También allí el Señor nos repite: «Levántense, no tengan miedo». Bajemos a la llanura y que la gracia que hemos experimentado nos sostenga para ser artesanos de la sinodalidad en la vida ordinaria de nuestras comunidades.
Queridos hermanos y hermanas, que el Espíritu Santo nos anime durante esta Cuaresma en nuestra escalada con Jesús, para que experimentemos su resplandor divino y así, fortalecidos en la fe, prosigamos juntos el camino con Él, gloria de su pueblo y luz de las naciones.
Roma, San Juan de Letrán, 25 de enero de 2023, Fiesta de la Conversión de san Pablo
Francisco
martes, 31 de enero de 2023
Invitación a la fiesta de San Blas
Con alegría te invito a la tradicional y entrañable fiesta de San Blas este próximo viernes 3 de febrero en la Ermita de su nombre, junto a la plaza de Santo Domingo, en Las Palmas de Gran Canaria.Este año 2023 lo celebramos ya sin restricciones, pero con la misma seguridad, respeto y orden de siempre.