te alabamos por el don de la Iglesia y por habernos regalado el ministerio del Papa Francisco, testigo humilde del Evangelio y servidor fiel de tu pueblo. En este tiempo de discernimiento y esperanza, te suplicamos que acompañes con tu luz y tu sabiduría al Colegio de Cardenales llamado a elegir a su sucesor. Sé Tú, Padre bueno, quien inspire sus corazones, para que escojan a un pastor conforme a tu voluntad: un hombre de oración, humilde y valiente, que escuche el clamor del mundo y conduzca a tu Iglesia por los caminos de la justicia, la misericordia y la paz.
Señor Jesús, Hijo amado del Padre, rostro visible de su misericordia,
Tú que caminaste con los sencillos, sanaste corazones heridos y anunciaste la Buena Noticia a los pobres, suscita un sucesor que sea auténtico discípulo tuyo, enamorado de tu Palabra y del pueblo santo de Dios. Que sea un impulsor convencido del Concilio Vaticano II, promotor del diálogo, la fraternidad, la sinodalidad, y de una Iglesia que viva en comunión, participación y misión. Que su corazón arda con el deseo de una Iglesia “en salida”, cercana a las periferias, libre de temores, siempre abierta al Espíritu y atenta a los signos de los tiempos.
Espíritu Santo, alma de la Iglesia,
ven y renueva tu presencia en este momento crucial. Ilumina a cada cardenal con tu fuego santo para que, en libertad y fidelidad, reconozcan al pastor que tú has elegido. Que el nuevo Papa sea un puente de unidad, constructor de paz, servidor de la esperanza. Que su pontificado acerque a la Iglesia a sus raíces más puras, a la comunidad de los primeros discípulos, y que bajo su guía, volvamos al Evangelio con alegría, con frescura, con creatividad.
Haz, Espíritu de vida, que la Iglesia siga siendo signo de tu amor en el mundo, madre de todos, especialmente de los pobres, hogar abierto donde nadie se sienta excluido, sacramento de la salvación y reflejo del Reino que ya comienza.
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
confiamos en tu fidelidad y tu promesa. Sostén a tu Iglesia en este tiempo, invocamos la intercesión de Santa María, Madre de la Iglesia, y guía a tu pueblo con esperanza hacia un futuro lleno de luz. Amén.