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miércoles, 6 de enero de 2021

¡Feliz Epifanía del Señor, felices Reyes!

 ¡Feliz día de Epifanía! Quisiera decirte muchas cosas, pero las condenso en lo que a continuación te expongo.

En primer lugar, el himno de laúdes de hoy, la oración oficial de la mañana, es precioso y lleno de simbolismo.

Lo comparto contigo:

Himno

Reyes que venís por ellas,
no busquéis estrellas ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

Mirando sus luces bellas,
no sigáis la vuestra ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

Aquí parad, que aquí está
quien luz a los cielos da:
Dios es el puerto más cierto,
y si habéis hallado puerto
no busquéis estrellas ya.

No busquéis la estrella ahora:
que su luz ha oscurecido
este Sol recién nacido
en esta Virgen Aurora.


Ya no hallaréis luz en ellas,
el Niño os alumbra ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

Aunque eclipsarse pretende,
no reparéis en su llanto,
porque nunca llueve tanto
como cuando el sol se enciende.

Aquellas lágrimas bellas
la estrella oscurecen ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas. Amén.

 

En segundo lugar. Una breve reflexión desde una experiencia personal. En septiembre de 2019 tuve una apasionante experiencia en un acto cultural organizado para ver las estrellas en el centro de Gran Canaria, en la cumbre más alta de la isla, guiado y explicado por profesionales. La verdad que siendo un acto por la noche me costó decidirme, varias personas me animaron a ir. Me puse en camino y gracias a eso pude disfrutar de algo que no había visto antes con tanta profundidad, era maravilloso aquel espectáculo descubriendo las diversas constelaciones en medio de la noche. No tengo muchas palabras para explicar esta experiencia inolvidable.Las estrellas existen y es posible contemplarlas, lo importante es saber situarse en el lugar adecuado para ello, así ocurre con la misma vida.

Cuento esto para actualizar y explicar el relato evangélico de hoy y sus lecturas. Los magos de Oriente se pusieron en camino porque habían visto la estrella que les guiaría hasta Jesús. Solamente quien es capaz de salir de sí mismo puede descubrir algo nuevo para su vida, acomodarnos, seguir haciendo lo mismo por la simple razón de que siempre ha sido así no nos lleva a ninguna parte. Además, el regreso lo hacen por otro camino para evitar encontrarse con Herodes. Qué importante es andar caminos nuevos, sin repetir siempre lo mismo, atreverse a lo nuevo para buscar el bien y no caer en la trampa del mal.

Los magos de Oriente eran buscadores de Dios, no pertenecían al pueblo de Israel, quien se consideraba pueblo elegido por Dios. Es la manifestación de Dios a todas las naciones. Cuántas personas hoy buscan a Dios sin ser conscientes de ello, personas buenas que no son de Iglesia. Ya es hora de que muchos cristianos acaben con esa errónea concepción de que la vida, la fe es una película de buenos y malos. Ojito con eso porque no es nada evangélico. El mal no está fuera de la Iglesia, como si el bien fuera patrimonio exclusivo de los cristianos. Fuera de la Iglesia, en nuestro mundo hay mucho bien que contemplar y admirar. Seamos más humildes para aprender de quienes no comparten con nosotros las mismas creencias. En ti y en mí, se mezcla el trigo y la cizaña, el bien y el mal, para eso necesitamos discernimiento. Necesitamos no olvidar la meta hacia la que caminamos, la Luz, Dios manifestado en Jesús, la Luz puede oscurecerse en determinados momentos del recorrido pero es necesario seguir buscando en momentos de duda e inseguridad. 

Por otro lado, tú y yo, hoy podemos dar gracias por personas, situaciones y acontecimientos que son estrellas en nuestro sendero y nos llevan a Dios. También, un reto: ser estrellas que brillen y alumbren el camino de otros hombres y mujeres puestos en nuestro camino diario.

Y lo más hermoso, al final los Magos se llenaron de alegría al ver al Señor. La alegría es la actitud de quien busca y llega a la meta final. La alegría lleva a compartir lo mejor de uno mismo, nosotros no tenemos oro, incienso y mirra, pero sí la ofrenda de nuestras vidas, todo lo bueno del corazón para ofrecerlo a los demás. Todo lo que no se da, se pierde. Los Magos descubrieron que en la sencillez, la humildad y la pobreza de Belén allí estaba Dios hecho Niño. Recordemos aquello que Jesús más adelante nos recordará: "De quienes son como niños, de ellos es el Reino de los Cielos".

Precisamente, anoche, antes de irme a descansar, quise plasmar con la siguiente imagen mis sentimientos y deseos para ti, expresados desde la sinceridad del corazón. Gracias por ser estrella en mi camino. 




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Julio Roldán